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El Payador Perseguido

アーティスト:Atahualpa Yupanqui  アルバム:L'Intégrale, Vol. 5 

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Con permiso, via a dentrar aunque no soy convida'o, pero en mi pago, un asao no es de naides y es de todos. Yo via cantar a mi modo después que haiga churrasquiao. No tengo Dios pa' pedir cuartiada en esta ocasión, ni puedo pedir perdón si entuavía no hei falta'o; veré cuando haiga acaba'o; pero ésa es otra cuestión. Yo sé que muchos dirán que peco, de atrevimiento si largo mi pensamiento pa'l rumbo que ya elegí, pero siempre hei sido así; galopiador contra el viento. Eso lo llevo en la sangre dende mi tatarabuelo. Gente de plata en el suelo fueron mis antepasaos; criollos de cuatro provincias y con indios misturaos. Mi aguelo fue carretero, mi tata fue domador; nunca se buscó dotor pues se curaban con yuyos, o escuchando los murmullos de un estilo de mi flor. Como buen rancho paisano nunca falto una encordada, de ésas que parecen nada pero que son sonadoras. Según el canto y la hora quedaba el alma sobada. Mi tata era sabedor por lo mucho que ha roda'o. Y después que había canta'o destemplaba cuarta prima, y le echaba un poncho encima "pa' que no hable demasiado..." La sangre tiene razones que hacen engordar las venas. Pena sobre pena y pena hacen que uno pegue el grito. La arena es un puñadito pero hay montañas de arena. No sé si mi canto es lindo o si saldrá medio triste ; nunca fui zorzal, ni existe plumaje más ordinario. Yo soy pájaro corsario que no conoce el alpiste. Vuelo porque no me arrastro, que el arrastrarse es la ruina; anido en árbol de espina lo mesmo que en cordilleras sin escuchar las zonceras del que vuela a lo gallina. No me arrimo así nomás a los jardines floridos. Sin querer vivo alvertido pa' no pisar el palito. Hay pájaros que solitos se entrampan por presumidos. Aunque mucho he padecido no me engrilla la prudencia. Es una falsa experiencia vivir temblándole a todo. Cada cual tiene su modo; la rebelión es mi ciencia. Pobre nací y pobre, vivo por eso soy delica'o. Estoy con los de mi la'o cinchando tuitos parejos pa' hacer nuevo lo que es viejo y verlo al mundo cambia'o. Yo soy de los del montón no soy flor de invernadero. Soy, como el trébol pampero, crezco sin hacer barullo. Me aprieto contra los yuyos y así a aguanto al pampero. Acostumbra'o a las sierras yo nunca me sé marear, y si me siento alabar me voy yendo despacito. Pero aquel que es compadrito paga pa' hacerse nombrar. Si alguien me dice señor, agradezco el homenaje; mas, soy gaucho entre el gauchaje y soy nada entre los sabios. Y son pa' mi los agravios que le hagan al paisanaje. La vanidá es yuyo malo que envenena todo huerta. Es preciso estar alerta manejando el azadón, pero no falta el varón que la riegue hasta en su puerta. El trabajo es cosa buena, es lo mejor de la vida; pero la vida es perdida trabajando, en campo ajeno. Unos trabajan de trueno, y es para otros la llovida. Trabajé en una cantera de piedritas de afilar. Cuarenta sabían pagar por cada piedra pulida, y era a seis pesos vendida en eso del negociar. Apenas el sol salía yo estaba a los martillazos, y entre dos a los abrazos con los tamaños piegrones y por esos moldejones las manos hechas pedazos. Otra vez fui panadero y hachero en un quebrachal; he carga'o bloques de sal y también he pela'o cañas, y un puñado de otras hazañas pa' mi bien o pa' mi mal. Buscando de desasnarme fui pinche de escribanía la letra chiquita hacía pa' no malgastar sella'o, y, era también apreta'o el sueldo que recibía. Cansa'o de tantas miserias me largué pa'l Tucumán, Lapacho, aliso, arrayán, y hacha con los algarrobos. ¡Por dos cincuenta! Era robo pa' que uno tenga ese afán. Sin estar fijo en un la'o a toda labor le hacía, y así sucedió que un día que andaba de benteveo me topé con un arreo que dende Salta venía. Me picó ganas de andar y apalabré al capataz, y así, de golpe nomás el hombre me preguntó: -¿Tiene mula? - Cómo no -le dije-.Y hambre, de-más. A la semana de aquello repechaba cordilleras, faldas, cuestas y laderas siempre pa'l la'o del poniente, bebiendo agua de vertiente y aguantando las soleras. Tal vez otro habrá roda'o tanto como he roda'o yo, y le juro, creameló, que he visto tanta pobreza, que yo pensé con tristeza: Dios por aquí no pasó. Se nos despeñó una vaca causa de la cerrazón, y nos pilló la oración cueriando y haciendo asao; dende ese día, cuña'o se me gastó mi facón. Me sacudí las escarchas cuando bajé de los Andes, y anduve en estancias grandes cuidando unos parejeros ; trompeta, tapa y sombrero, pero pa' los peones, de ande. La peonada, al descampa'o, el patrón, en Guenos Aires. Nosotros, el cu... ello al aire can las caronas mojadas, y la hacienda de invernada más relumbrosa que un fraile. El estanciero tenía también sus cañaverales, y en los tiempos otoñales juntábamos los andrajos, y nos íbamos p'abajo dejando los pedregales. Allí nos amontonaban en lote con otros criollos, coda cual buscaba un hoyo ande quinchar su guarida, y pasábamos la vida rigoriaos y sin apoyo. Faltar, no faltaba nada: vino, café y alpargatas. Si habré revoliao las patas en gatos y chacareras. Recién la cosa era fiera al dir a cobrar las latas. ¡Qué vida más despareja! Todo es ruindad y patraña; Pelar caña es hazaña Del que nació pa'l rigor. Allá había un solo dulzor y estaba adentro 'e la caña. Era un consuelo pa'l pobre Andar jediendo a vinacho. Hombres grandes y muchachos como malditos en vida, esclavos de la bebida se lo pasaban borrachos. ¡Tristes domingos del surco los que yo he visto y vivido! Desparramados y dormidos en la arena amanecían, a lo mejor soñarían con la muerte o el olvido... Riojanos y santiagueños, salteños y tucumanos, con el machete en la mano volteaban cañas maduras, pasando sus amarguras y aguantando como hermanos. ¡Rancho techa'o con maloja, vivienda del pelador! En medio de ese rigor no faltaba una vihuela, con que el pobre se consuela cantando coplas de amor. Yo también , que desde chango unido al canto crecí, más de un barato pedí y pa ́ los piones cantaba. ¡Lo que a ellos les pasaba también me pasaba a mí Cuando yo aprendí a cantar armaba con pocos rollos. Y en la orilla de un arroyo bajo las ramas de un sauce, crecí mirando en el cauce mis sueños de pobre criollo. Cuando sentí una alegría; cuando el dolor me golpió; cuando una duda mordió mi corazón de paisano, desde el fondo de los llanos vino un canto y me curó... En esos tiempos pasaban cosas que no pasan ya. Cada cual tenía un cantar o copla de anochecida. Formas de curar la herida que sangra en el trajinar. Algunos cantaban bien. Otros, pobres, más a menos... Mas no eran cantos ajenos, aunque marca no tenían. Y todos se entretenían guitarreando hasta el desvelo. Por ahí se allegaba un máistro, de esos puebleros letrao's; juntaba tropa e versiao's que iban después a un libraco, y el hombre forraba el saco con lo que otros han pensa'o. Los peones formaban versos con sus antiguos dolores. Después vienen los señores con un cuaderno en la mano, copian el canto paisano y presumen de escritores. El criollo cuida su flete, su guitarra y su mujer; siente que enfrenta un deber cada vez que da la mano; y aunque pa'todo es baquiano sólo el canto ha de perder. ¡Coplas que lo acompañaron en las quebradas desiertas, aromas de flores muertas y de patriadas vividas, fueron la luz encendida para sus noches despiertas!... Se aflije si se le pierde un bozal, un maneador, pero, no siente furor si al escucharle una trova, viene un pueblero y le roba su mejor canto de amor. De seguro, si uno piensa, le halla el nudo a la a madeja, porque la copla más vieja, coma la raíz de la vida, tiene el alma par guarida, que es ande anidan las quejas. Por eso el hombre al cantar con emoción verdadera, echa su pena p'ajuera pa que la lleven los vientos, y así, siquiera un momento se alivia su embichadera. No es que no ame a su trova ni que desprecie su canto. Es como cuando un quebranto en la noche de los llanos hace aflojar al paisano y el viento le lleva el llanto. En asuntos del cantar, la vida nos va enseñando que sólo se va volando la copla que es livianita. Siempre caza palomitas cualquiera que anda cazando... Pero si el canto es protesta contra la ley del patrón se arrastra de peón a peón en un profundo murmullo, y marcha al ras de los yuyos corno chasque en un malón. Se pueden perder mil trovas ande se canten quereres, versos de dichas, placeres, carreras y diversiones; suspiros de corazones y líricos padeceres. Pero si la copla cuenta del paisanaje la historia, ande el peón vueltea la noria de las miserias sufridas, ésa, se queda prendida como abrojo en la memoria Lo que nos hizo dichosos tal vez se pueda olvidar; los años en su pasar mudarán los pensamientos. pero angustias y tormentos son marcas que han de durar... Estas cosas que yo pienso no salen par ocurrencia. Para formar mi esperencia yo masco antes de tragar. Ha sido largo el rodar de ande saqué la alvertencia. Si uno pulsa la guitarra pa cantar coplas de amor, de potros, de domador, de la sierra y las estrellas, dicen: ¡ Qué cosa más bella! ¡Si canta que es un primor! Pero si uno, como Fierro, por ahí se larga opinando, el pobre se va acercando con las orejas alertas, y el rico vicha la puerta y se aleja reculando. Debe trazar bien su melga quien se tengo par cantor, porque sólo el impostor se acomoda en toda huella. Que elija una sola estrella quien quiera ser sembrador... En el trance de elegir que mire el hombre p'adentro, ande se hacen los encuentros


投稿者: PetitLyrics
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